martes, 24 de mayo de 2011

DIFICULTADES DE APRENDIZAJE


DIFICULTADES DE APRENDIZAJE

      Según el Ministerio de Educación (1998) la define como: “las interferencias o bloqueos en el proceso de aprendizaje ocasionados por factores intrínsecos al desarrollo del educando y/o extrínsecos relacionados con aspectos sociales, económicos, culturales e instrumentales del entorno en donde éstos se desenvuelven”. Hay que resaltar que estos alumnos pueden tener capacidades extraordinarias en actividades artístico-culturales, que bajo un modelo de atención integral pueden ser aprovechadas y explotadas. Esta población generalmente está referida por presentar desfase en su proceso de aprendizaje con bajo rendimiento, repitencia y deserción escolar, aún cuando son alumnos sin compromiso en su integridad cognitiva. Estos desfases se ponen de manifiesto en muchas ocasiones en forma de bloqueos en el proceso de apropiación de la lengua escrita, el pensamiento lógico, en los aprendizajes sociales y/o emocionales, que conducen a respuestas inesperadas que se expresan en términos de conductas dispersas, disruptivas, inhibidas, de poca persistencia en la tarea, lo cual se traduce en deficiente aprovechamiento académico, asi como desorientación en su proceso de desarrollo personal y social.



     Inicialmente se pensaba que las dificultades del  aprendizaje eran producto de la pereza del niño, pero con el tiempo a través de muchos estudios pasado a considerarse como el resultado de una deficiente dotación neurofisiológica. En la actualidad, la tesis que prevalece es de corte sociológico, la cual mantiene que siempre hay tres partes implicadas: el niño, su familia y la escuela.





      Se puede decir que las Dificultades del Aprendizaje son alteraciones que se manifiestan a través de presencia de limitaciones en la adquisición y uso de habilidades de escuchar, hablar, leer, escribir, razonar o habilidades matemáticas. Estas alteraciones son específicas al sujeto debido a disfunciones del sistema nervioso central.

domingo, 8 de mayo de 2011

Dificultades del Aprendizaje: La maestra de 5to grado de Teddy Stoddard


     Se contaba hace muchos años una historia sobre una profesora de Primaria. Su nombre era Sra. Thompson. Cuando se ponía de pie frente a su clase de 5º grado en el primer día de colegio, decía una mentira a los niños. Como muchos maestros, ella miraba a sus estudiantes y decía que los quería a todos por igual.
    Pero eso era imposible, porque ahí, en la primera fila, hundido en su asiento, estaba un pequeño llamado Teddy Stoddard. La Sra. Thompson había vigilado a Teddy el año anterior y se dio cuenta de que no jugaba con los otros niños, que sus ropas estaban sucias y que constantemente necesitaba un baño. Y Teddy podía ser desagradable.
    Llegó al punto que la Sra. Thompson de hecho se complacía en marcar sus apuntes con una ancha pluma roja, haciendo bien delineadas X y poniendo un gran "SUSPENSO" en la parte superior de las hojas. Cuando en la escuela donde enseñaba, la Sra. Thompson fue requerida para revisar el expediente de cada niño, dejó el de Teddy para lo último. Sin embargo, al hacerlo se llevó una sorpresa.
     La maestra de primero de Teddy escribió, "Teddy es un niño brillante, de pronta risa. Hace su trabajo pulcramente y tiene buenos modales, da alegría tenerlo cerca."
     Su maestra de segundo escribió, "Teddy es un excelente estudiante, apreciado por sus compañeros de clase, pero está apenado porque su madre tiene una enfermedad terminal y la vida en su hogar debe ser una pugna."
    Su maestra de tercero escribió, "La muerte de su madre ha sido dura para él. Intenta hacer lo mejor, pero su padre no muestra mucho interés y su vida familiar pronto le afectará si no se toman medidas."
    Su maestra de cuarto escribió, "Teddy está distraído y no muestra mucho interés por la escuela. No tiene muchos amigos y a veces se duerme en clase."
    Ahora la Sra. Thompson se dio cuenta del problema y se avergonzó de sí misma. Se sintió peor incluso cuando sus estudiantes le llevaron sus regalos de Navidad, envueltos en bellos lazos y brillante papel, excepto el de Teddy. Su regalo estaba chapuceramente envuelto en el pesado papel marrón que obtuvo de una bolsa de comestibles. A la Sra. Thompson le inquietó abrirlo en mitad de los otros regalos. Algunos de los niños empezaron a reír cuando encontró un brazalete al que le faltaban algunas piedras, y una botella llena hasta la cuarta parte de perfume. Pero acalló la risa de los niños cuando exclamó lo bonito que era el brazalete, a la vez que se lo ponía, y se aplicó algo de perfume en la muñeca.
    Teddy Stoddard se quedó ese día después de clase justo lo suficiente para decir, "Sra. Thompson, hoy huele usted justo como mi Mamá solía hacerlo."
     Después de que los niños se fueran, ella lloró durante casi una hora. Desde ese preciso día, dejo de enseñar a leer, escribir y aritmética. En lugar de eso, empezó a instruir niños.
    La Sra. Thompson puso especial atención con Teddy. Mientras trabajaba con él, su mente parecía volver a la vida. Cuanto más lo animaba, más rápido respondía él. Al final del año, Teddy había llegado a ser uno de los niños más inteligentes de clase y, a pesar de su mentira de que ella querría a todos los niños por igual, Teddy se convirtió en uno de los "favoritos de la maestra"
    Un año más tarde, encontró una nota de Teddy  bajo su puerta, diciéndole que todavía era la mejor maestra que había tenido en toda su vida.
    Pasaron seis años antes de que le llegara otra nota de Teddy.
    Entonces le escribió que había acabado la Secundaria, el tercero de su clase, y que ella todavía era la mejor maestra que había tenido en toda su vida.
     Cuatro años después, le llegó otra carta, diciendo que aunque las cosas habían sido duras a veces, permaneció en el colegio, perseveró y pronto obtendría su graduado con los mayores honores. Aseguraba a la Sra. Thompson que ella todavía era la mejor maestra que había tenido en toda su vida y su favorita.
    Pasaron cuatro años más y llegó otra carta. Esta vez explicaba que después de haber obtenido su título de Bachiller, decidió ir un poco más allá. La carta explicaba que ella era todavía la mejor y favorita maestra que había tenido nunca. Pero ahora su nombre era un poco más largo: la carta estaba firmada, Doctor Theodore F. Stoddard.
    La historia no acaba aquí.
   Todavía recibió otra carta esa primavera. Teddy decía que había conocido a una chica y que iba a casarse. Explicaba que su padre había muerto hacía un par de años y se preguntaba si la Sra. Thompson aceptaría sentarse en la boda en el sitio que usualmente estaba reservado para la madre del novio.
     Por supuesto, la Sra. Thompson lo hizo. ¿Y sabes qué? Lució el brazalete, aquel al que le faltaban varias circonitas. Y se aseguró de ponerse el perfume que Teddy recordaba que su madre llevaba en su última Navidad juntos.
    Se abrazaron y el Dr. Stoddard susurró en el oído a la Sra. Thompson, "Gracias, Sra. Thompson por creer en mí. Muchas gracias por hacerme sentir importante y mostrarme que yo podía hacer que las cosas fueran diferentes."
    La Sra. Thompson, con lágrimas en los ojos, susurró a su vez. Dijo, "Teddy, estás totalmente equivocado. Tú fuiste el que me enseñó a mí a hacer las cosas diferentes. Yo no sabía cómo enseñar hasta que te conocí."

    Buscando por la red algo de Dificultades del Aprendizaje  me encontré con esta historia. No era  nueva para mí, pero me volvió a impactar como lo hizo la primera vez que la leí, al mismo tiempo que pensaba: Esta reflexión podría servir de inicio en mi blog sobre las Dificultades de Aprendizaje.